Periodistas de cuento y de novela

“Periocuentos peruanos” se llama la antología de cuentos que compuso Antonio Gonzales Montes hace pocos años en los que el periodismo, o los periodistas, son el eje de las historias.
Y todavía esperamos un trabajo así sobre novelas y filmes de gente de prensa. Esta profesión ha ocupado más títulos y páginas que otras pues los coleguitas de todos los tiempos han sido siempre descritos como personajes atractivos, buenos o malos, capaces de movilizar acciones y pasiones (recuerden “Tinta Roja” de Fuguet).
Es el caso de la última novela de Víctor Andrés Ponce, “La muertes de Emilio” redactada en clave (“roman a clé”, dicen los franceses) es decir, que es una historia real pero con nombres cambiados. El escenario es una etapa de la historia de Expreso y desfilan personajes reconocibles y un tanto exagerados, como el “Senador Manuel Arróspide”, muy parecido al senador Manuel Ulloa.
Expreso también fue el escenario de la novela “Infierno de papel”, de Mariví Mujica y Jacques Bartra en la que no era difícil tampoco identificar a “Gabriel Echevarría” como el citado Ulloa. Una novelita rara es “El Periodista”, de Ricardo Virhuez, que relata avatares de un redactor de “La Verdad”.
Pero incluso los “periodistas” de ficción deben ser verosímiles, es decir, actuar como los de carne y hueso en las redacciones verdaderas. Y para esto se requiere haber estado en aquellas salas entrañables de producción de noticias como efectivamente estuvo desde muy temprana edad, por ejemplo Mario Vargas Llosa. Es por esto que “Zavalita”, el redactor de La Crónica, es tan sólido como su colega “Escribidor” el personaje de radio.
Balzac, que escribió de todo, dedicó la novela “Ilusiones perdidas” a la historia de un poeta provinciano que se hace periodista. Es un texto larguísimo y duro de leer pero tiene la mejor descripción de cómo funcionaba una imprenta provinciana de mediados del 19 en Francia.
Pero el favorito de todos debe ser seguramente el simpático psicópata de “Bel Ami”, del magistral Guy de Maupassant. Es una novela que todo periodista que se respete debe leer. Describe a un modesto militar, Jorge Duroy, que gracias al periodismo termina siendo el rico Barón Jorge Du Roy. Hay que leerla, jóvenes. La acabo de ver a dos soles en el jirón Quilca.

El periodismo y el sexo

No sé si ya estará en algún plan curricular pero el periodismo de educación sexual se ha hecho ya tan popular que merecería estarlo.
Hagamos memoria. En 1990 la televisión española estremeció a sus clientes cuando la guapa psicóloga Elena Ochoa debutó con “Hablemos de Sexo” y aunque insistía en que tenía fines didácticos, fue difícil que no deslizara hacia la zona erótica. Fueron cuatro años exitosos y de valiosa apertura del tema pues en muchos lugares aparecieron programas parecidos.
En el Perú teníamos ya de antiguo a nuestro sexólogo Marco Aurelio Denegri, que había dedicado al tema varios libros como aquel inolvidable de “¿Y qué fue realmente lo que hizo Onán?”. Denegri pasó su tema a su programa televisivo “En función de la palabra” (y sus lecciones de sexualidad están en Youtube para quienes deseen disfrutar de su sapiencia y definiciones).
La lista de sexólogos criollos es larga y no habrá sitio aquí para todos (no olvidemos al Dr. Artidoro Cáceres) pero habrá que destacar al psiquiatra Fernando Maestre de “Era Tabú” en RadioProgramas y en horario cotidiano para todos. Es, me parece, el pionero del tema en la zona radial.
La cosa pasó a exceso en la televisión cuando Canal 5 lanzó “Las Noches de Badani”, conducido por Ricardo Badani que se hizo popular porque vivía (y vive) con seis señoritas gracias a una oportuna religión que él, claro, ha inventado.. Se asumía que el caballero era un experto en peripecias amorosas cercanas pero solo duró un mes en la TV porque el programa final que mostraba cómo practicar el sexo oral con modelos “en vivo y en directo” escandalizó a todos, sexólogos incluidos.
Y cuando la robusta Alessandra Rampolla llegó a nuestras pantallas con sus consejos y juguetes sexuales, aparatos de todo tipo, ya no asombró a nadie. Su exceso de peso le resta autoridad para recomendar poses osadas.
En la prensa escrita ha habido desde siempre revistas eróticas y pornográficas. Antes hasta Playboy se disimulaba en los kioscos pero ahora ya ni siquiera se venden porque Internet ha saltado muy rápido de las fotos a los videos de pornografía gratis.
La educación sexual está también en los diarios, por supuesto. Esther Vargas, que mantiene una página semanal en “Perú21” y un bello blog (“Sex o no Sex”) es de lo mejor del medio. Salvo mejor parecer.

¿Y qué pasó con los medios en el 2008?

El año que termina fue pródigo en novedades sobre los medios. Aquí intentaré una lista mínima de lo que considero fue relevante. Está en absoluto desorden cronológico:

-El impacto del blog de Marco Sifuentes “Utero de Marita” y su siguiente creación “UteroTV.com”. Tuvo varias primicias que remecieron el ambiente y obligaron a la competencia a buscarlo diariamente en la web;
-El terremoto en la Familia Miró Quesada. La facción de los “Garlands” fue derrotada por los “Racsos” unidos a los “Garcías-Grañas” y algunos desprendidos de la administración anterior, etc. El resultado fue un tosco cambio de línea política de “El Comercio”, además, claro, del reemplazo del Director;
-La cárcel de Magaly Medina, la “reina del ampay”, lo que provocó una fructífera discusión sobre los límites del periodismo y la propuesta de una ley para que las injurias, difamaciones, etc. no pasen nunca al fuero penal. Si prospera el proyecto, la Medina recibirá multa tras multa… si vuelve a las andadas, claro;
-El despido de Augusto Alvarez Rodrich como director de “Perú21” y el abandono masivo de columnistas que hicieron de ese diario una tribunal liberal, plural. Sufrió un abandono masivo de lectores;
-El asedio de “La Primera” a Genaro Delgado Parker que rindió frutos y todo indica que deberá dejar Panamericana Televisión. Lástima que volverá a manos de la familia Schutz (“un canalazo”). Pero el tipo es tan mañoso que habrá que ver para creer;
-El retorno de César Hildebrandt a la televisión con el programa “El Perro del Hortelano”. Es, por lejos, el programa político dominical más visto aunque no figure en el “rating” empresarial;
-La confirmación del poder de la radio en circunstancias especiales. El “moqueguazo” de junio fue incitado por Radio “Americana”, que llamó a la toma del Puente Montalvo. Y cuando la trasmisión se cortó, los moqueguanos apelaron a medios más antiguos, las campanadas, los gritos y los cacerolazos;
-La postergación, (¿por quinta vez?) de la decisión gubernamental sobre el estándar que se deberá usar en el Perú para la Televisión Digital Terrestre (DTA). Hay mucho dinero de por medio y muchos recuerdan la decisión de la TV Color, hace muchos años;
-El retorno del famoso Cuy, de Juan Acevedo, por la vía virtual pero con el humor y el compromiso de siempre…

¿Y sobre los libros de crónicas? Me quedo con “Sexografías” de Gabriela Wiener.
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Cuando los periodistas provocan pánico

Por supuesto, el nombre del coleguita Eloy Jong Meza ha dado la vuelta al mundo porque ha sido sentenciado a cuatro años de cárcel por el delito de “provocar pánico financiero”.
No irá a la cárcel, como Magaly Medina, porque no le han dado prisión efectiva pero deberá tener mucho cuidado para informar desde su virulento programa de Radio Orión, en Pisco. Desde su tribuna radial, hace ya cuatro años, don Eloy vociferaba que los pisqueños deberían retirar sus ahorros de la Caja Municipal de Ahorro y Crédito.
Y efectivamente muchos ahorristas amanecieron al día siguiente en la Caja Municipal reclamando sus dineros, pedido que obviamente no se pudo satisfacer para todos en ese momento.
No era la primera vez de don Eloy, ilustre y defendido coleguita. Luego del terremoto de su ciudad insistió en que se había falseado la verdad sobre la magnitud del sismo, que era mayor de lo publicado, etc. Falso. El Gobierno (esta vez por lo menos) no había mentido.
Los ingleses tienen entre manos un problema parecido pero la justicia lo está tomando con más calma, como debe ser. El periodista especializado Robert Peston lanzó un comentario que provocó fuga de ahorros del banco Nortern Rock, en el 2007. Y hace pocos meses, hizo que se desplomara la cotización del Royal Bank of Scotland revelando que requería de más capital.
Pero los jueces ingleses no pueden sentenciarlo como aquí y más bien están pensando en el británico eufemismo de “la necesidad de mecanismo regulador en la zona de noticias destinadas a los inversores”.
¿Y qué sentencia les daríamos a los colegas acusados de “sembrar pánico”? Esta es la acusación que la ONG “Periodistas por las Verdad” les hizo en Venezuela, hace ya varios años, a los medios que “obcecados por derrocar al gobierno “siembran falta de esperanza y pánico”.
Les gana a todos la emisora XEART Señal 152 de Jojutla, Morelos, que fue contratada por la “Sociedad Astrónomica Urania” de Morelos para promocionar el 2009 como el Año Internacional de la Astronomía.
Sus periodistas tuvieron una idea genial: lanzar al aire nuevamente La Guerra de los Mundos, de Wells y obtuvieron el mismo resultado, es decir, pánico, ira, protesta y quizá alguna demanda.
Total, al lado de estas joyitas del periodismo internacional, don Eloy el pisqueño, es chancay de a veinte…

Los buenos libros siempre tienen lectores

Tumultuosas, es lo menos que puede decirse de dos presentaciones de libros, en la Feria del Libro.
Primero el novelista Miguel Gutiérrez, luego César Hildebrandt.
¿Cómo fue tanta gente pese a que no se publicaron esas actividades en El
Comercio? Misterio. Debe haber sido gente que transitaba por ahí…
Cuando llegué al Anfiteatro hablaba todavía Gutiérrez y ya no había un solo
sitio. Y cuando terminó y pasó afuera para firmar libros, nadie se movió del asiento y más bien un grupo de entusiastas se precipitó hacia los lugares que están detrás del gran cartel, es decir, donde no podían ver pero sí escuchar.
“Hermano, aquí hay más de 500” susurraba un policía por su infaltable celular, aludiendo a un cartelito que exigía “Aforo 150 personas”.
Y era verdad, cientos nos apretujábamos esperando ver a los populares
periodistas Pedro Salinas, César Lévano y César Hildebrandt (“El Invisible”
porque Ibope dice que nadie ve su programa) que presentaría la segunda edición de su libro de entrevistas.
Cuando ya me chancaban en la puerta y sentí que alguien palpaba mi monedero opté por una honrosa retirada con el pretexto de comprar el libro, y me instalé al costadito, en el parque, para escuchar nomás.
“Profe, está en el rincón de los chiflados y hueleguisos del parque” me dijo
riendo un alumno que había leído mi texto sobre el fallido homenaje a Fairlie.
“No”, me defendí”, “esos no compran libros” alzando mi ejemplar de 30 lucas que acababa de conseguir.
Los aplausos comenzaron cuando llegó Lévano y le cantaron el “japiverdi” porque cumplía 82 años; Salinas no fue tan celebrado porque no es muy conocido (y para los izquierdosos su presencia era una sorpresa) y luego hizo su entrada Hildebrandt, como siempre, elegantemente un poquito tarde.
Ovación, vivas, palmadas, abrazos, que recibía entre contento y sorprendido del exitaso. Flashes, luces, cámaras, sonrisas amplias y la necedad de la señora de la Feria que para todo pide “un fuerte aplauso”.
Salinas habló muy bien, como todo un periodista profesional, describiendo y elogiando el libro, las entrevistas. Lévano hizo recuerdos de la primera
entrevista del autor a Haya de la Torre, contó anécdotas sabrosas y finalmente le tocó el turno a Hildebrandt, que leyó un texto preparado previamente y que está en la edición de “La Primera” (pueden leerlo en la www)..
En ese breve discurso lamenta no haber entrevistado a Alan García y confiesa que el problema es que no sabría a qué García entrevistar.
En resumen, fue una fiesta para nuestra profesión que exige tanto y da tan poco; y una buena demostración de que el buen periodismo tiene espacios y lectores de sobra.
Algo más. En el balance final de la Feria del Libro el texto de Hildebrandt resultó ser el más vendido. Me consta que en la primera media hora volaron 250 ejemplares y el felicísimo editor, el charapa Jaime Vásquez, mandó a traer más… que llegaron cuando todavía el periodista firmaba y firmaba hasta el cansancio.

«Chinos como cancha En el Paralelo 38”

Este es un aniversario que no puede pasar desapercibido. Hace 58 años, un 9 de diciembre, Raul Villarán tecleó nerviosamente en un trozo de papel la frase “Chinos como cancha en el paralelo 38”, la arrancó del rodillo y gritó: -“¡Al taller, rápido, para primera de primera!”. Y así vocearon el diario los canillitas que vendieron “Ultima Hora” hasta el agotamiento. Estaba inaugurando un nuevo periodismo, el que usaría la replana o jerga en los titulares de los diarios que a partir de allí se reclaman como populares.

¿Cuál es la historia? El recordado gran periodista Efraín Ruiz Caro fue testigo del episodio.

Era el primer año de la guerra que enfrentaba a las dos Coreas, en plena Guerra Fría. El Norte apoyado por la Unión Soviética, China y el bloque socialista; y el Sur, sostenido por los Estados Unidos y un puñado de aliados capitalistas.

El petulante General Mac Arthur comandaba al Sur y sus tropas parecían invencibles. En cualquier momento, decían los analistas, caería Pyongyang y el comunismo sería derrotado.

Pero de pronto, como por arte de magia, surgió frente a los yanquis un enorme ejército chino de no menos de 250 mil soldados, que hizo retroceder al General y sus tropas, haciendo temer su derrota total. Y atemorizando al mundo, que creyó estar frente a una Tercera Guerra Mundial.

Los teletipos repiqueteaban sin descanso; la noticia estaba en todas las redacciones y las emisoras de radio lanzaban “flashes”.

Raul Villarán tenía el cable en la mano, se acercaba la hora de cierre (“Ultima Hora” era vespertino todavía) y desesperaba por hallar un titular impactante. Preguntaba, escribía a mano, a máquina, todos sugerían. Juan Gonzalo Rose, Carlos Castillo Ríos… El único que tranquilamente y en silencio redactaba su columna “A Golpe de Doce” era Lucho Loli, que finalmente murmuró: “Qué vamos a hacer pues gordo… no vas a poner que hay chinos como cancha…”.

Villarán alzó las manos y gritó: “¡Eso es, chinos como cancha!”.

El nuevo código era hermético, solo para peruanos (como los personajes de Julio Fairlie que debutaron en ese periódico, “Sampietri” y “Serrucho”). Y a partir de allí, la jerga se hizo común en el periodismo popular peruano, así como el humor para las notas más dramáticas Recordemos aquel titular adjudicado al poeta Juan Gonzalo y que dijo, también en primera de primera: “Tranvía divide en cuatro a profesor de matemáticas…”.

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-El programa de TV que nadie ve…

¿Alguien ve el programa que conduce César Hildebrandt en Canal 11, todos los domingos a las nueve de la noche?

Nadie.

Por lo menos es lo que puede deducirse de la lectura de los “ratings” de los programa dominicales, con porcentajes que se disputan Cuarto Poder,. DíaD, Jaime Bayly, etc.

Pero tengo la sospecha de que una numerosa legión de televidentes marginales a la medición de sintonía siguen cada domingo “El Perro del Hortelano”, que no figura en la lista porque el Canal RBC no paga lo correspondiente a la empresa brasileña Ibope Time, la propietaria del sistema de medición del rating.

El domingo que pasó, por ejemplo ¿qué transmitió Hildebrandt en el par de horas de su programa que nadie ve?

Organizó un panel plural sobre APEC con Diez Canseco, Deustua, Francke y Ferreyros, que discutieron con calor sobre beneficios y no beneficios de la gran cita.

Y luego, cito en desorden, entrevistó al periodista Herbert Mujica, enjuiciado por LAP por el tema del aeropuerto; entrevistó un joven chiclayano que fue sometido a abusos incalificables por la policía; transmitió el gracioso discurso en chino del presidente García, entrevistó a Mauricio Mulder, secretario general del Apra; entrevistó a Eddie Fleishmann sobre el contencioso Perú-Fifa. Y finalmente pasó un documental que plantea la tesis de que en el drama del 11 de setiembre y la caída de las Dos Torres de Nueva York, tuvieron que ver el gobierno norteamericano y su saliente presidente, el incalificable Busch.

Algo más: la prestigiosa Veeduría Ciudadana de la Comunicación Social, que distingue entre “rating” y “consulta” acaba de divulgar un estudio nacional sobre la TV basado en encuestas realizadas en agosto. Lástima. No estaba todavía Hildebrandt en su dominical y se pidió a los entrevistadores que no incluyeran al periodista en la pregunta sobre “Periodistas reconocidos como los mejores de la TV”:

Pero lean en la página 27 los resultados. “La mayoría de entrevistados dijeron que el primer lugar era para César Hildebrandt” (…) “Era mayoritaria la voluntad de nombrarlo y que este periodista sea considerado como el más apreciado por los televidentes. Ers interesante comprobar que el modelo cuestionador y polémico de Hildebrandt, sigue vigente en el país, está legitimado.

¿Qué tal si la encuesta la hacían cuando “El Perro del Hortelano” ya se transmitía y persiste pese al boicot publicitario?

La misteriosa “Línea Editorial”

Al irreprochable Javier María Restrepo le pidieron que defina la “línea editorial de un periódico” y el colombiano contestó que, en resumen, se le llama así a la orientación permanente de sus publicaciones: intencionalidad de sus editoriales, selección de sus columnistas, personajes que se entrevistan o que se silencian, hechos que se destacan o que se omiten, enfoque habitual de las noticias.”

“Para descubrir esa línea editorial, como para conocer el carácter de una persona, es necesario un seguimiento crítico de sus ediciones o emisiones y de sus reacciones frente a los hechos…”.

Esto es lo que hacen los estudiantes de periodismo cuando deciden investigar la conducta de un medio frente a un hecho determinado en cierto contexto, etc. Van la hemeroteca y revisan qué posición tenía un diario de, digamos, la década de los 90, frente a la economía, sindicalismo, presencia o ausencias políticas..

Cuando aparece un periódico los propietarios extienden ante sus lectores un conjunto de promesas que suelen estar presididas por un juramento de independencia, objetividad etc. que forma parte de tradición más antigua del periodismo.

Pero la vida cambia las cosas y muchas veces las líneas aquellas dan vuelcos que sorprenden a los lectores y tanto, que hasta los alejan porque “ese” no era el diario que ellos seguían.

Un diario local acaba de despedir a su director porque no encaja con la nueva visión impuesta por los propietarios. Con frases como “desacuerdos respecto a la línea editorial” se ha descrito lo que ha sido un verdadero sismo en una empresa que ya evidencia en sus productos (prensa, televisión) que ha cambiado de rumbo, saltando de un centrismo crítico a un neoliberalismo progobiernista en lo económico y un conservadurismo extremo en la opinión general (elegir a un “Opus” para dirigir la Opinión no puede ser otra cosa).

¿Y los lectores? Un cambio tan brusco es una falta absoluto de respeto a los lectores que al recibir su diario sabían que sus opiniones estaban allí respaldadas en noticias, fotos, columnistas, críticas. Esto ya no sucede.

Los antiguos columnistas de “Peru21” han decidido seguir escribiendo pero en otro lugar, el alternativo que brindan los blogs. Se les puede encontrar, leer, en “Espacio Compartido” porque en el antiguo periódico de Alvarez Rodrich esos espacios se van terminando.

30 años de una gran Declaración

En noviembre de 1978, la Unesco aprobó en su Conferencia General su famosa “Declaración sobre medios de comunicación y fortalecimiento de la paz” que constituyó un hito fundamental del proceso , ya histórico, de reclamo por una mejor información mundial.

Allí se lee, por ejemplo, que “es importante que se estimule una circulación libre y una difusión más amplia y más equilibrada de la información”, planteamiento que provocaría un intenso debate profundizado dos años más tarde con la publicación del igualmente célebre “Informe Mac Bride”.

Se trataba, nada menos, de cuestionar la hegemonía noticiosa del Norte y reclamar más y mejores instrumentos (agencias, periódicos) que hicieran posible un periodismo nuevo, que entre otras muchas cosas reclamaba institucionalizar el pluralismo de opiniones.

Las voces de reclamo de cambio fueron derrotadas y silenciadas, como quizá recuerden algunos; la debilidad de los No Alineados supuso el fracaso de las agencias informativas nacionales y en fin, todo volvió a la vieja normalidad del poder supranacional de las agencias fundadas en el siglo 19. El derrumbe del Muro terminó por rematar las aspiraciones de voces distintas.

Pero los principios planteados por la Unesco y la Comisión Mac Bride permanecen no solo vigentes sino que las condiciones que provocaron la protesta han aumentado debido a las nuevas tecnologías y la globalización.

En medio de esta carencia clamorosa de información alternativa al Modelo CNN ha surgido “TeleSur”, como agencia primero y estación de televisión después, gracias a un grupo de países que entienden que la información plural es más necesaria que nunca. Ahí están Cuba, Venezuela, Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Ecuador, Brasil, como patrocinadores de las nuevas maneras de difundir información con puntos de vistas diferentes. Y no es que tengan la razón. Su importancia radica en que ya no hay voces únicas, propietarias de las versiones de los hechos.

El obstáculo principal había sido siempre la falta de una red independiente de telecomunicaciones pero ahora Venezuela ha colocado un satélite propio, “Simón Bolívar” que, tal como hacen los árabes, independiza técnicamente los esfuerzos plurales.

En Lima “Cable Mágico” transmite la señal de TeleSur, en el Canal 102. Les recomiendo visitarlo y ustedes serás los que juzguen si son efectivamente otras voces.

Las reglas fijas del periodismo

“La única regla fija del periodismo, es que no hay reglas fijas”. La sentencia me la regaló hace muchos años un coleguita y no sé francamente a quién se le ocurrió. Pero viene a cuento cuando somos testigos de la renovada y ardorosa controversia sobre el periodismo de investigación que sostienen de un lado el Decano de la prensa nacional y de otro los defensores de la más absoluta e irrestricta libertad de prensa –Magaly incluida.

Y no es que el Decano se oponga a esta visión de la práctica periodística sino que más bien apuesta por una práctica superesponsable, afirman, del periodismo de investigación. Podemos ver también que la sangre ha llegado al río, incluyendo ruidosos despidos además de andanadas de editoriales, columnistas, todos de acuerdo en el planteamiento: comprobar antes de publicar.

Es verdad que esa debiera ser una regla fija del oficio. Pero también es cierto que en países como el nuestro la capacidad de presión de los poderosos sobre los medios puede ser tan eficaz, que los periodistas prefieren lanzar noticias sin confirmar ni confrontar antes con los presuntos afectados.

Una hipótesis: ¿Qué tal si Cuarto Poder o Perú21 advertían a Rómulo León y Socios sobre los “petroaudios”? ¿No creen que se lanzaban a bloquear la publicación? ¿No lo hicieron quizá?

Felizmente las contradicciones en el interior de la empresa y en el seno de la Familia resolvieron el problema

Se recordará también que fue Canal 8, de la empresa del Decano, la que divulgó el video Montesinos-Kouri y que desató un terremoto mediático espectacular. Entonces a nadie se le ocurrió, que recordemos, que hubiera sido preciso preguntar para luego publicar.

Son dilemas permanentes del periodismo que se resuelven en el escritorio del editor, ante los hechos y con el reloj en la mano. Sale o no sale, se publica o no se publica.

El proyecto del fujimorismo sobre la necesidad de que un Juez decida la divulgación de elementos comprometedores es apoyado por el Decano pero la vida ya decidió que no tiene futuro. Piénsese solamente en aquella formidable herramienta de difusión que es Internet con los blogs, los videos de Youtube, etc. y ahí es donde termina la discusión.

Pero si insisten no publiquen si no confirman, cruzan o confrontan. Lo leerán al día siguiente en el diario de enfrente, que si se ha equivocado rectificará de manera conveniente.