Vamos Alfredo, regresa con tus Calatos y Pitucas

“La República” publica hoy domingo 7 en su página editorial un dibujo medio raro que lleva como autor, arriba del recuadro, el nombre “Alfredo”. Pero Alfredo Marcos ya no trabaja en ese matutino. Es, como dicen, un error de imprenta provocado por el Duende que habita desde siempre en los periódicos.

Vale la anécdota para recordar el tema.

Alfredo Marcos abandonó el diario luego de que se divulgara (en la prensa vía César Hildebrandt en “La Primera”, y en la Red, vía Marco Sifuentes (“Utero TV.com”), que figura en una planilla del PNUD, ese misterio donde la burocracia dorada se compensa de sus bajos sueldos ministeriales y donde también los Gobiernos conceden canonjías a quienes desea recompensar.

El PNUD es la representación local de las Naciones Unidas pero el dinero y la selección de elegidos la hace el Gobierno.

Los diarios que ayudó a fundar y popularizar no ha dicho una sola palabra, o mejor, una sola línea sobre el tema. La República y El Popular han dejado que sean las buenas y malas lenguas limeñas las que se encarguen de zarandear a Alfredo Marcos por lo que se considera una grave falta de ética profesional.

El pecado es ayudar al Gobierno (aunque debiéramos decir a Alan García) con sus dibujos humorísticos y cobrar por ello en planilla aparte, bajo cuerda; y también venderle servicios de dibujo y asesoría con su empresa. “Cobrar a dos cachetes” diría un criollo para ilustrar mejor el caso.

Pero francamente, extrañamos a Alfredo.

Porque no era solamente el dibujo político lo que lo hacía importante para el diario. Recordemos a “Los Calatos”, “El Enano Erótico”, “Los Achorados”, “El hombre que no podía irse”, y las inefables “Viejas Pitucas” donde arremetía contra el pensamiento reaccionario de la manera más eficaz imaginable, esto es, el humor cruel y corrosivo.

Para quienes seguían sus dibujos editoriales era evidente su afección a la línea alanista. Los que estaban mejor enterados sabían que Alfredo pertenece a un antiguo grupo de amigos del Presidente y donde también están otros -que no sabemos si cobran por ahí.

En suma, yo también he reprobado el grave error de Alfredo Marcos. Pero cuando he recordado sus años y años de humor, de cómo nos ha hecho reír, de cómo le dio duro a Fujimori y sus cómplices, a Toledo y su gringa, etc. francamente, lo he perdonado.

Vamos Alfredo, regresa a “La República”, explica y cuéntanos el asunto y sigue dibujando tus Calatos y Pitucas. Tus fans te estamos esperando.

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