Bayly, irreverente debut en “El Comercio”

El conocido y discutido periodista Jaime Bayly ha debutado como columnista del diario “El Comercio”, Y lo ha hecho rememorando, una vez más, su paso por el diario “La Prensa”. Su irreverencia sin límites se la consienten los Miró Quesada pensando quizá en que atraerá lectoría. Ojalá. Y aprovecho para repetirles un texto de mi viejo blog. Aquí va:

“… Algún día les contarás a tus hijos que ahí, en ese edificio que se cae de viejo, ahí hubo un periódico, el más conservador e influyente de Lima, guarida de brujas, cacheros, borrachos, huaraperos, putas, chupapingas, sicópatas y gatos techeros. Chau, La Prensa. Thanks for the memories…”.
El texto es de Jaime Bayly y está en las últimas páginas de su divertida caricatura del diario de Beltrán, “Los últimos días de La Prensa” y que, se advierte al principio, es una novela.
Pero muchos de los que estuvieron allí, en 1986, en los reales últimos días, aseguran que es un “roman a clé”, es decir, una crónica con nombres alterados y que, por ejemplo “Larrañaga” el director, es realmente Arturo Salazar Larraín a quien el nuevo directorio entregó la empresa.
Pero los dispendios o mala administración, novelesca o real, no fueron las razones reales de la crisis del diario.
Sencillamente, las derechas que habían sostenido la vieja versión y en particular la oligarquía agraria no tenían ya interés en invertir dinero que podían poner, por ejemplo, en la televisión o en la cadena de “Correos” o en “El Comercio” que los Miró Quesada renovaban con visión empresarial moderna.
Salazar Larraín era un buen editorialista y seguramente una buena persona pero cometió varios errores graves. Por ejemplo reemplazó al experimentado director de informaciones Luis Guerrero por Elsa Arana Freire, ya mayorcita y buena revistera pero nada que ver con la pasión y energía cotidianas que hacen falta en este oficio.
Luego intentó replicar el viejo modelo de reclutamiento que había probado con éxito Beltrán en los años 50, llamando a jóvenes universitarios (Salazar Larraín entre éstos). Y cancelando a profesionales reunió a un puñado de jovencitos que lideraba su hijo Federico y componían, entre otros, Pablo Cateriano, Enrique Ghersi, Iván Alonso, Carlos Espá, Freddy Chirinos, Mario Ghibellini, Juan Carlos Tafur, Alvaro Vargas Llosa y Jaime Bayly, de escasos 16 años.
La verdad es que hacía falta mucho más que los entusiasmos de aquellos veinteañeros para hacer de “La Prensa” un buen diario.
El gobierno de Belaunde concedió créditos y ventajas tributarias a los medios expropiados pero ni aún así pudo Salazar Larraín sacar al periódico de la crisis que se ahondaba cada día hasta que el “señores, lo siento, no va más” se anunció en julio de 1984 cuando ya la inflación se desataba (por ejemplo, el premio mayor de la lotería limeña era de mil millones de soles).
Y en medio del desorden se hizo cargo del moribundo diario el conocido periodista del Opus Dei don Federico Prieto Celi, quien redactó el último editorial. Aquel sábado 28 de Julio, en edición extraordinaria de cuatro páginas, dijo que volverían, que solo necesitaban ayuda para seguir adelante. Pero poco después no apareció más en los quioscos limeños.

Antiguos amores…

Nunca habíamos visto, ni imaginado siquiera nada igual: las dos bellas se voltearon y de espaldas al público comenzaron a mover las nalgas al compás que imponía un bongó… primero despacito, luego más rápido y más rápido hasta el mareo.

Nosotros, el público, gritábamos, pedíamos más y las bellas, felices de la vida, se voltearon nuevamente y se arrancaron a mover sus soberbios potos a velocidades inéditas en esta nuestra Lima provinciana y lejana del año de 1951.

Eran las Dolly Sisters, las hermanitas gemelas Mercedes y Caridad, cubanas, recién aterrizadas en Lima precedidas de una gran fama (por lo menos de barrio) porque ya habían hecho películas hasta con TinTán.

Por eso , cuando anunciaron que debutarían en el Teatro Metropolitan, en La Victoria, mis vecinos y condiscípulos de Monserrate decidimos que no habría en el mundo nada más importante que asistir a ese espectáculo. Por lo demás, ya habíamos desafiado las iras familiares para ver a la deslumbrante Amalia Aguilar unos meses antes. Pero estas, las Dolly… eran cosa aparte.

Hicimos una cola de horas – no fuimos por supuesto al colegio-, pero a las 6.30 nos zambullimos triunfantes en la sórdida cazuela del teatro que a los pocos minutos reventaba de público que ansiaba ver a las bellas.

Valía la pena el esfuerzo. Bajitas, regordetas, más semidesnudas que las vedettes locales, se contoneaban con un entusiasmo que hacía olvidar que desentonaban. Y al final, su “piece de resistance”, el meneo, la vibración de sus glúteos caribeños que elevaron el show a categoría de éxtasis colectivo.

Pero al día siguiente, una delegación de la Acción Católica visitó al Alcalde de La Victoria para pedirle que vigilara a las damitas porque ofendían la moral con sus bailes obscenos. Y lo mismo hizo don Pedro Benvenuto (sí, el historiador) que envió una nota desde el Ministerio de Educación.

Ante tanta presión el Concejo terminó multando a las Dolly Sisters con 10 mil soles “por afectar la moralidad pública”.

He encontrado un recorte con declaraciones del Alcalde: “En el último número que presentaron las Dolly Sisters el espectáculo fue grotesco. Se volvieron las bailarinas de espaldas al público y comenzaron a realizar contorsiones que no pueden ser consideradas, en ninguna parte del mundo, como movimientos de auténtico baile artístico”.

Las gemelas de Matanzas se asombraron, pidieron perdón a Lima y prometieron no volver a menearse así pero nosotros, sus ardientes y empecinados admiradores, hicimos nuevamente la cola y desde los balcones del Metropolitan colmado de incondicionales, le entregamos nuestra plena solidaridad. Y también fuimos a merodear por el Hotel Bolívar para espiarlas y pescar, quizá, un autógrafo pero muchos tuvieron la misma idea y la aglomeración nos desanimó.

Hace un par de semanas pasé por el antiguo local del teatro, que ya no existe como tal, y que luce un enorme cartel colocado por una iglesia evangelista que reclama: “¡Pare de Sufrir!” y no pude menos que recordar mis antiguos amores con  las Dolly Sisters.

Tío Juan

«Prensa Latina», un lugar en la historia

“Prensa Latina”, un lugar en la historia

La agencia cubana de noticias “Prensa Latina” celebra 65 años asegurando su lugar en la historia del otro periodismo, esto es, aquel que no está en la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) ni en la Federación Internacional de Periodistas (FIP). Es, en suma, la fuente de información contraria a las empresas periodísticas latinoamericanas que ha logrado sobrevivir pese a intensas campañas para desacreditarla.

Fue fundada pocos meses después que Fidel Castro entrara en triunfo a La Habana en enero de 1959 proclamando la derrota de Fulgencio Batista y anunciando una nueva historia para Cuba.

Debe recordarse que la guerrilla castrista había llamado la atención del mundo por su acertada victoria militar encabezada por el ya entonces famoso Castro, barbudo carismático, que había llegado a Cuba secretamente en un veterano yate acompañado de un puñado de militantes y el lema “si salgo, llego; si llego, entro… si entro, triunfo”.

El triunfo castrista fue entonces aplaudido en América porque los excesos del gobierno de Batista eran conocidos y repudiados, pero cuando se hizo evidente que el nuevo gobierno no seguiría el rumbo que Washington esperaba, se desató una intensa campaña periodística para desacreditarlo.

Debemos recordar que la información mundial estaba en manos de un puñado de poderosas agencias de noticias: Associated Press (AP), United Press International (UPI), Reuter. Sus teletipos estaban instalados en todos los diarios ligados a la citada SIP y repicaban acusando a Cuba de avanzar hacia la destrucción de la democracia.

Pero Cuba no estaba callada porque en junio del año inicial de la victoria castrista el experimentado periodista argentino Ricardo Masseti y un puñado de importantes colegas fundaron la agencia. Allí estuvieron, entre otros, el uruguayo Carlos María Gutiérrez, los argentinos Rodoldo Walsh y Rogelio García Lupo, el colombiano Gabriel García Márquez…

De esas batallas hay muchos casos que valdría la pena contar pero recogeremos uno, antiguo y grosero.

En abril de 1961 los Estados Unidos promovieron una invasión armada a Cuba por la ya legendaria Bahía de Cochinos, asumiendo que los guerrilleros serían rápidamente derrotados y los castristas huirían ante las fuerzas que liberarían a la isla. Craso error. Los barbudos derrotaron a los invasores en pocas horas, capturando a unos 1500 ilusos que confiaban en la propaganda que las agencias de noticias difundían. Aquí algunos ejemplos publicados en el diario “La Prensa” de Lima:

“Miami 17 (UPI).- Las fuerzas invasoras cubanas libraron hoy una sangrienta batalla en la zona pantanosa próxima a la Bahía de Cochinos, a unos 150 kms. al suroeste de la La Habana, mientras unidades de la Fuerza Aérea, Armada y las milicias castristas se unían a los guerrilleros para derrocar al gobierno de Fidel Castro”.

“Nueva York 17 (UPI).- Las fuerzas invasoras han ocupado la ciudad de Pinar del Río, capital de la provincia del mismo nombre. La invasión de las provincias de Matanzas y Santiago está progresando favorablemente”.

“Washington  17 (AP).- Los milicianos de Castro, así como del ejército y la marina, se ha unido a los invasores”.

“México 17 (UPI).- El Primer Ministro Fidel Castro se ha dado a la fuga y su hermano Raúl fue capturado. El general Lázaro Cárdenas gestiona el asilo político de Fidel”.

“Miami 17 (AP).- Se tiene informaciones de que se lucha en las calles de La Habana”.

Pero las noticias que llegaban por la legendaria Radio Habana Cuba eran en absoluto contrarias y relataban la derrota y fiasco de la invasión, desmintiendo a las agencias de noticias. Por fin, éstas comenzaron a retroceder:

“Miami 18, (UPI).- Tanques de fabricación soviética y aviones MIG procedentes de Checoslovaquia lanzaron hoy violentos ataques contra las fuerzas invasoras cubanas en un intento de expulsarlas hacia el mar según informaron en esta ciudad”.

Finalmente:

“Nueva York 19 (UPI).- Los invasores de Cuba han caído vencidos.

Esta es la hora del triunfo más grande de Fidel Castro desde que llegó al poder hace dos años, tres meses y 19 días.

Fueron los tanques suministrados por la URSS los que aplastaron a los invasores.

Esos tremendos monstruos de acero no tuvieron que hacer gran esfuerzo para aniquilar a los hombres que les hicieron frente con fusiles, bazookas, morteros y artillería ligera, si es que llegaron a desembarcar artillería…”.

En suma, el sistema noticioso mundial pronorteamericano hizo el ridículo en aquella historia en la que Prensa Latina se batió contando lo que en verdad sucedía que no era otra cosa que una vergonzosa derrota bélica y propagandística.

Hay muchas más historias, pero esta valía la pena recordarla y sirve para recordar y explicar Prensa Latina.

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¡Viva el Perú Carajo!

¿Fue Milei el primero en politizar el Carajo? No. Fueron tres peruanos: Jorge Donayre, Luis Alvarez y Oscar Avilés, cuando los militares velasquistas promovieron el hoy histórico disco ¡Viva el Perú Carajo!

El gran reportero Jorge Donayre, autor de «Viva el Perú Carajo», entrevistando a Chabuca Granda.

El extraño Milei, a quien el hartazgo del peronismo eligió presidente de Argentina, utilizó el vocablo carajo desde los primeros días de su campaña. Con el grito “¡Viva la libertad carajo!” culminaba sus discursos callejeros. Y cuando fue finalmente ungido presidente, asomado al mítico balcón de la Casa Rosada, no pudo menos que vociferar ¡Viva la libertad carajo!

Carajear es un antiguo y españolísimo verbo, y carajo admite múltiples acepciones, como “vete pal carajo” y por citar sola una. Pero vale la pena recordar el carajeo nacional de tiempos pasados.

Por ejemplo, hemos leído siempre por ahí que el coronel argentino Roque Sáenz Peña, combatiendo en el Morro al lado de Bolognesi, intimado a rendirse por los chilenos, arrojó su sable al suelo y exclamó con voz tronante ¡Viva el Perú carajo! Y muchos años después cuando estuvo en Lima en 1921 invitado por Leguía a la celebración del centenario de la Independencia, rodeado de periodistas volvió a lanzar su grito desafiante ¡Viva el Perú carajo!

Pero lo que sí es cierto es que en 1979 los militares velasquistas recrearon el viejo grito gracias a tres talentosos artistas: Jorge Donayre, gran reportero y poeta; Luis Alvarez, actor insigne y Oscar Avilés, eximio guitarrista. Un trío de película.

No sabemos quién los reunió, pero reconocemos el entusiasmo velasquista por la música criolla. Por ejemplo, en aquellos años setenta el prolífico compositor Polo Campos produjo obras importantes, acompañado del Zambo Cavero, Oscar Avilés y otros.

Donayre ya había escrito parte de su popular verso cuando surgió la idea de lanzarlo en disco -en consonancia con la vigorosa campaña nacionalista de entonces- pero el periodista no era un buen lector. Pensaron entonces en el actor más prestigioso, nada menos que Luis Alvarez quien con su actuación en la obra “Collacocha” de Enrique Solari había convocado multitudes. Pero el texto era muy extenso, había que aliviarlo… y llamaron a Oscar Avilés.

Aquí la primera parte del verso:

“Bueno, ha llegado el momento,/el momento esperado siglo y medio,/para que de la antigua vasija de mi canto/extraiga este grito de barro estremecido./

¡Viva el Perú Carajo!

Vivan las espumosas olas,/sobre las que llegó la historia de Dios en totoras y velas desafiantes./El océano largo y submarino de infinitos profundos habitantes./El voluptuoso cetáceo, las gaviotas,/las algas, el bonito y el humilde guanay/que ha digerido a millones de libras esterlinas/Este es mi mar, mis islas, mis arenas,/mis remos, mis atardeceres y mis redes.
¡Viva el Perú Carajo!”

El disco, editado por la empresa Iempsa fue repartido profusamente y también vendido a precio cómodo. Años más tarde conoció otras ediciones y hasta hoy se consigue por ahí, quizá. Tuve el mío, claro. No sé en qué manos cayó, lo mismo que el disco del discurso de Velasco cuando la Reforma Agraria de 1969 y que culminaba con la frase “Campesino, el patrón no comerá más de tu pobreza” (que redactó Efraín Ruiz Caro).

Vemos en Internet que varias instituciones lo han presentado en ceremonias, así como el célebre poema de Alejandro Romualdo dedicado a Tupac Amaru. Por eso es posible escucharlo en Youtube donde incluso está la versión original del gran verso del “Cumpa” Donayre, la voz cálida de Luis Alvarez y la fina guitarra de Avilés. No se pierdan el placer de escucharlos.

Finalmente, el último verso:

“¡Viva el Perú!, mi patria,/sobre todo este rectángulo/que es mi única propiedad sobre la tierra,/donde los huesos de mi madre/dicen aun sus rezos preferidos,/sus preocupaciones./¡Viva el Perú!, mi patria,/la de mi hijo, de mis amigos buenos,
la mujer que me ama,/mi provincia, mi derruida casa.
Y cuando los diarios digan:/el Perú perdió en fútbol,/el Perú país pobre,/vino otro terremoto,/se secaron los ríos,/se enlodan los políticos,/bajó el sol, se perdió la cosecha, repicaremos desde el fondo de los huesos,/el grito poderoso de los hombres de esta tierra,/cargada de coraje y de optimismo para decir;/como si arrojáramos balas:
¡Viva el Perú Carajo!¡Viva el Perú Carajo!”

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¿Conocen a Abigail Villantoy Gómez? ¿No?

¿Conocen a Abigail Villantoy Gómez? ¿No?

“Profe, profe, INFOBAE ha publicado una crónica igualita a una suya de hace años… y la firma una señorita… ¿la conoce?”

Mi exalumno había atesorado la colección completa de “Impresión”, la revista de la Especialidad de Periodismo de la PUCP, y recordaba mi crónica “Vivir para contarla”. Allí, en el nro 37 de junio del 2016, narré las peripecias de tres periodistas que se disfrazaron de personajes mediáticos para luego, a su vez, contar su experiencia en los periódicos en que trabajaban.

Luis Felipe Montoro de mendigo (“Expreso”), José María Salcedo de loco (“QueHacer”) y Consuelo Chirre de prostituta callejera (“La Tercera”).

El tema es, o era, atractivo. Tanto, que doña Rosmery Huari Durán hizo sus Tesis “El periodismo Gonzo en el Perú. Análisis de los reportajes de Isaac Felipe Montoro, José María Salcedo y Consuelo Chirre” para graduarse en la Universidad Bausate y Mesa. Y tuvo la cortesía de recordarme en la bibliografía, aunque olvidó algunas comillas. Pero no importa, fue un buen trabajo.

En cambio, nuestra desconocida Abigail publica la crónica “Periodistas cuentan los riesgos que experimentaron en las calles de Lima: las historias de los reporteros que asumieron identidades ajenas. José María Salcedo, Felipe Montoro y Consuelo Chirre lograron palpar la realidad al adoptar la apariencia de otras personas” (véase en Infobae,com), sin citar fuentes y menos recordar al autor original. Yo. Es verdad que señaló que algunas ilustraciones provenían de “Somos Periodismo PUCP”, Nada más.

También es verdad que el texto de la coleguita no es exactamente igual al mío. Diría que ha sido bien parafraseado aunque creo que Turnitin la hubiera pillado desde el primer párrafo…

¿Qué hacer, qué decir? Si alguno de mis escasos lectores la conoce, díganle que recuerde las clases de ética que de seguro escuchó en su alma mater sanmartiniana.

Y léanla, es bien interesante. Aunque no me cite ni por el forro.

«Día del Periodista»…o del Comunicador

“Día del Periodista” (¿o del Comunicador?)

¿Qué les parece si cambiamos la fecha para festejar nuestro día, el Día del Periodista? Aquí van varias propuestas.

Debemos contar primero que el “Día del Periodista” no nació así porque el Decreto Supremo que lo instituyó en un lejano 1ro. de octubre de 1953 decía que esta fecha sería recordada como “Día del Periodismo Nacional”. El general Odría lo firmó y se publicó en “El Peruano” para darle valor legal.

La decisión se sustentaba así: “Habiéndose fundado el primer diario de Sud América el 1 de octubre de 1790 con la denominación de El Diario de Lima, ninguna otra fecha tiene mayor significación para conmemorar el Día del Periodismo Nacional”.

Citemos a Gargurevich: “Pero un sector importante de los periodistas ya había decidido en 1950 y con ocasión del primer Congreso Nacional de la flamante Federación de Periodistas del Perú, instituir el ´Día del Periodista¨. Recordemos también que la Federación fue fundada un l de octubre y la ponencia sobre el “Día” fue presentada por el venerable Antenor Escudero Villar.

La historia se enreda más pero el hecho es que los colegas, tanto de la Federación como de la Asociación Nacional de Periodistas asumieron la fecha como “Día del Periodista”, sin mayores alusiones a su editor, el español “Jaime Bausate y Mesa” quien realmente se llamaba Francisco Antonio Cabello y Mesa.

-“26 de Enero”

En 1984, cuando había sido elegido nuestro primer Decano del Colegio de Periodistas del Perú el colega Mario Castro Arenas, el Consejo Nacional de la institución acordó enviar un proyecto de ley al Congreso instituyendo el 26 de enero como Día del Periodista. Se recordará que es la fecha aciaga de los muertes de Uchuraccay.

En los considerandos decía el anteproyecto, entre otras cosas, que “Dicha festividad del Día del Periodista (1 de octubre) fue establecida por el simple acto de conmemoración cronológica de un diario colonial, fundado cuando nuestro país se hallaba bajo el dominio español y la referida publicación reflejaba el pensamiento y los intereses de la monarquía y no las aspiraciones del entonces avasallado pueblo peruano…”.

Y agregaba que la fecha del martirio de los colegas en Uchuraccay “simboliza los valores permanentes y peruanistas del periodismo profesional así como los objetivos supremos de la libertad de expresión consagrados por la Constitución….”.

No sabemos en qué quedó el proyecto pero debe estar por ahí olvidado en algún cajón.

-“10 de abril”

Un entusiasta sanmarquino, el colega Roberto Revoredo, viene haciendo campaña desde hace años para que nuestro Día pase a ser el 10 de Abril porque aquel día en 1821, circuló en Huaura el periódico revolucionario “El Pacificador del Perú”, realizado, editado, por los periodistas de San Martín.

Efectivamente, eran cuatro hojas donde con lenguaje encendido reclamaban la independencia: “…Un solo medio señalan la experiencia, la razón y el interés de ambos para pacificar el Perú y tranquilizar toda la América: RECONOCER SU INDEPENDENCIA (…) La demostración de esta verdad, mirada desde todos puntos de vista que ella ofrece, es el principal objeto que nos proponemos en el Pacificador del Perú”.

Es buena la propuesta del colega, quien ha hecho una investigación sobre los periodistas de San Martín y de su labor como propagandistas de la revolución. Su libro se titula “Influencia del periodismo del Ejército Libertador en la Independencia del Perú” .

“22 de octubre”

Tenemos otra propuesta que tampoco está mal: la fecha de fundación del diario “El Peruano” , una histórica e importante iniciativa de Simón Bolívar y que se publica hasta hoy.

La fecha de fundación ha sido por mucho tiempo objeto de discusiones pero el joven historiador Víctor Arrambide estableció que “El Peruano” tuvo como origen indubitable a “El Peruano Independiente” editado por encargo del Libertador por su oficial periodista Tomás de Heres.

La confusión se debía a que no parecían existir ejemplares de aquel diario primigenio pero Arrambide lo localizó en la Universidad de Yale que hace muchos había recibido una colección de periódicos y papeles donados por Hiram Bingham, el falso descubridor de Macchu Picchu.

Más adelante será reemplazado por “El Peruano” a secas que circuló a partir del 13 de mayo de 1826, pero no hay ninguna duda sobre su origen, editado también por Tomás de Heres y por orden de Bolívar.

-“18 de Abril”

Hay más propuestas todavía, como por ejemplo el día en que los Pregoneros limeños anunciaron en las plazas principales de Lima que las Cortes de Cádiz habían decretado la Libertad de Imprenta y que en consecuencia cualquiera podía editar un periódico sin pedir permiso a nadie, ni al Virrey ni a la Iglesia.

El Decreto fue publicado en La Gaceta de Gobierno del 18 de abril de 1811 y seguramente con gran disgusto del virrey Abascal. Y quien abrió fuegos fue un bisemanario titulado “El Peruano”, el 8 de setiembre de aquel 1811. Pero no tenía nada de revolucionario, su historia es irrelevante para el proceso independentista.

A Javier Flórez, toda la vida…

A Javier Flórez, toda la vida…

¿Cuándo conocí al hoy famoso Javier? No lo recuerdo del colegio porque yo llegué tarde pues venía de provincias y pese a que tenemos la misma edad, cuando yo terminé mi quinto de media… Javier ya estaba en primer año de Medicina. Su precocidad nos llevó a todos por delante.

Pero nos encontramos muchas veces más y con historia dignas de recordar (nada privado). Aquí va una:

En 1975 la Revolución de la Fuerza Armada tambaleaba, los antiguos coroneles ya generales conspiraban para librarse del general Velasco, las masas obreras y campesinas se quejaban de incumplimientos, la izquierda se movilizaba…

Entonces un grupo de jóvenes (“combativos y clasistas” como dicen en San Marcos) decidieron fundar la hoy legendaria revista “Marka – Actualidad y Análisis” planteando abierta confrontación con los irritables militares para quienes toda crítica era subversiva. Me uní a ellos. Y apareció “Marka” en los quioscos el lro. de Mayo. Con éxito.

Teníamos dos magnífico ilustradores, Eliseo Guzmán (que ya no está con nosotros) y Carlos Tovar -quien todavía no firmaba como “Carlín”, si no recuerdo mal..

Y conocíamos a Javier, y lo invitamos a colaborar con algo en la sección Creación y Cultura. Siempre amable y generoso nos envió los dibujos que ilustran este texto. Y para presentarlo a nuestros lectores en el número 6 del 12 de agosto de aquel 1975, escribimos:

“Javier Flores (sic) no es desconocido como dibujante. Fue el ganador de un concurso para Historietas que hizo El Comercio y popularizó la serie ‘Selva Misteriosa’. Lo malo es que Javier tiene poco tiempo para dibujar porque es cirujano y neurólogo por añadidura. Sus habilidades manuales están ahora más absorbidas por los coágulos que por los plumones. Pero entre operación y operación juega con las letras y las palabras. Y ha creado este juego: graficar el sentido de las palabras, tal como vemos en esta página”.

Todo un suceso. En el número siguiente, 7 del 1ro de agosto pusimos en la página de cultura un recuadro con algunos dibujos más de Javier pero sin su firma.

¡Felizmente! Porque esa edición, en la que criticábamos duramente a Pinochet fue usada como pretexto para clausurarnos, capturarnos a casi todos ¡y deportarnos!!! Unos a México, otros a Panamá, a mí junto con Humberto Damonte, Carlos Malpica, Virgilio Roel y dos dirigentes sindicales nos tocó Buenos Aires.

Javier Florez se salvó con las justas… gracias a que omitimos su firma.

Cuando regresamos y reiniciamos la edición, ya no fue posible contar con nuestro gran amigo y dibujante.

Tengo más para contarles pero hoy, que recibe un muy merecido homenaje, le envío un periodístico abrazo. Y gracias Javier, muchas gracias.

A Javier Flórez, toda la vida…

A Javier Flórez, toda la vida…

A Javier Flórez, toda la vida…

A Javier Flórez, toda la vida…

A Javier Flórez, toda la vida…

A Javier Flórez, toda la vida…

A Javier Flórez, toda la vida…

«Personalidades Meritorias de la Cultura»

Las damas de la izquierda son familiares de los reconocidos escritores Oscar Colchado y Sandro Bossio, premiados póstumamente por el Ministerio de Cultura. Le sigue doña Cita Santiago, insigne luchadora social, promotora de bibliotecas populares y del sembrío de árboles en lucha contra los efectos del cambio climático.

Y luego estoy yo, que he escrito 30 libros sobre periodismo y comunicación aunque solo he publicado 25. Tengo uno casi listo, «Los Viejos Periodistas – la generación del 50», de semblanzas y recuerdos de una docena de colegas que hicieron un gran periodismo.

Fue una discreta ceremonia organizada por el MinCul en el Pabellón «Clorinda Matto de Turner» a las 3 de la tarde del jueves 3 de agosto. Y digo solo «discreta» porque no hubo una merecida presentación de porqué se nos premiaba. Sin embargo el puñado de familiares y amigos -que no pasaron de una veintena en total- aplaudieron y se alegraron tanto como los premiados que lamentamos ser impedidos de dar gracias por el micrófono pese a que el tiempo sobraba. Pero estos son anécdotas. Lo que vale es el buen rato que pasamos por el reconocimiento de que de algo valieron nuestros trabajos, nuestros libros.

Espero publicar mi libro de elogios a los colegas de mi generación para la próxima Feria.

  Es verdad: ¡Regresé a San Marcos!

Disculpen, pero algo tengo que agradecerle al vapuleado Congreso, esto es, la ley que eliminó el límite de edad para la docencia en las universidades nacionales, y autorizó el retorno de los cesados (por la edad) a las aulas. Con una advertencia razonable: probar que se está en buen estado de salud.

Cientos de viejitos cesados a partir del 2017 nos precipitamos a presentarnos para el retorno con la ayuda y consejo del Sindicato de Docentes de San Marcos (SINDUSM) y su muy eficaz y persistente profesora Carolina Trujillo que casi a diario nos informó del burocrático y laberíntico avance de las gestiones para volver.

No sé cuántos pasamos con éxito el examen Geriátrico y el Psiquiátrico, pero asumo que en mi caso sin problemas pues de otro modo no estaría narrando esta experiencia.

Finalmente, y para no hacerla larga, el Rectorado aprobó el retorno de muchos de los ancianos. Así, en un histórico día, fui a la Escuela de Comunicación Social de la Facultad de Letras para formalizar mi regreso, junto con los colegas Magdalena García, Ricardo Falla, Gustavo Pacheco.

Fuimos recibidos con cortesía por la directora Jacqueline Oyarce y el director de departamento Denis Vargas Marín, sus secretarias Roxana y Carmen… y la mirada curiosa de alumnos y profes que pasaban por el corredor, aguaitaban y seguían quizá preguntándose sobre el destino de estos ancianos que pretendían recuperar sus cursos.

Nuestra idea era volver al aula, al método “presencial” pero no era posible y a los cuatro nos asignaron cursos virtuales, “asincrónicos” en la jerga informática. No dudamos en aceptar la modalidad.

Ahí comenzó la siguiente batalla: aprender el Google Meet, el Classroom, familiarizarse con SUM (Sistema Único de Matrícula), y un largo etc. Es decir, para poder enseñar teníamos que aprender. Y en eso estamos. Ya llegamos al Parcial, tropezando con Temas, Tareas, Tablón, Calificaciones, Personas, Asignados…pero confiando en el aliento y consejo de profesores experimentados como el experto José Ventocilla, siempre atento a nuestras llamadas al teléfono a cualquier hora, en cualquier día.

Volver al campus sanmarquino, recobrar amistades que creía perdidas, comprobar que muchos me recordaban y aseguran que se alegran de mi retorno, es una indescriptible satisfacción. Más todavía cuando se abre la pantalla y me saludan mis alumnos del curso Historia de la Comunicación divididos en dos secciones porque eran muchos.

¿Cuánto me durará esta que será una extraordinaria experiencia? Creo que no más de un año. El próximo mes cumpliré 89 junios. Un exceso, ¿no creen?