“La Prensa”, Beltrán y los militares del 68 (III)

La Prensa devuelta012
-Ese golpe no estaba en el libreto de las derechas

En clara diferencia con “El Comercio”, Pedro Beltrán lanzó las mejores plumas de “La Prensa” contra el golpe militar de octubre del 68 que derrocó al presidente Belaúnde bajo el liderazgo del general Juan Velasco Alvarado.
Evidentemente esta vez el control de la política había escapado de las manos de los grupos dominantes tradicionales y la estabilidad de sus intereses estaba seriamente amenazada.
“La Prensa” libró una dura batalla contra los militares velasquistas y recibió de aquellos castigos, como la famosa disposición prefectural de enero de 1972 que impidió a Beltrán seguir siendo el Director del diario pues se alegó que había infringido el Estatuto de la Libertad de Prensa, Decreto Ley 18075 que estipulaba que los directores de medios debían residir en el país y se consideraba como no-residentes a quienes hubieran salido del Perú más de ese lapso.
Fue una leguleyada de los militares pero que obligó a los propietarios a nombrar como nuevo director al sobrino Pedro Beltrán Ballén, y a don Pedro a quedarse en los Estados Unidos prácticamente en calidad de exiliado.
Cuando la toma de los diarios de 1974 el gobierno militar nombró como director al distinguido educador Walter Peñaloza quien debió enfrentar una fuerte resistencia de los beltranistas que no depusieron su actitud opositora al gobierno.
Cuando Velasco Alvarado fue reemplazado por Morales Bermúdez a mediados de 1975 asumió la dirección Gilberto Escudero, hombre de confianza de los militares y que duró hasta el año siguiente, julio de 1976 en que fue nombrado el reputado académico Luis Jaime Cisneros.
Así, aunque de manera irregular, el apellido Cisneros volvió a “La Prensa” pero debe advertirse que hizo honor a la tradición familiar pues fue la mejor época del diario expropiado tanto en términos de calidad como de buen periodismo plural… en la medida en que esto era posible en un gobierno militar tan autoritario.
Luis Jaime renunció en 1978 y lo reemplazó el abogado Alfredo Quispe Correa quien a su vez fue cambiado por el director que se encargaría de la transición, Carlos Quiroga, en 1980.
Pedro Beltrán no pudo volver a dirigir su diario pues murió en Nueva York en febrero de 1979 pero su viuda, Miriam Kropp, volvió a Lima para presidir el Directorio que decidió entregar el timón a Arturo Salazar Larraín, uno de los más fieles de la vieja guardia beltranista.
Salazar tomó una curiosa decisión (que siguieron también los otros diarios expropiados y devueltos): borrar de la historia del diario los años militares y, sobre todo, eliminar el recuerdo de los directores diciendo “Que caiga sobre ellos un piadoso olvido”.
Pero, como sabemos, la historia fue más bien ingrata con él pues condujo a “La Prensa” a la quiebra y al cierre definitivo.
Mañana: Las últimas horas de “La Prensa”
La Prensa Tres011

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